- Andrea Ageitos Rey
- Sara Ayaso Riveiro
- Brisa Brión Silva
- Martina Cuesta López
- Ángel Dosil Calo
- Janett Pérez Olveira
- Jorge Prieto González
- Gabriel Salgado Mirás
- Amanda Torrado Vilarnovo
- Miryam Giménez Paradela
En el pasado, en las comarcas de Noia y Barbanza, un gran número de tenderos tradicionales gozaban de una riqueza comercial inigualable. Su ubicación estratégica hacía que gente de todas las localidades del entorno las tuviesen de referencia para adquirir preciados tesoros, como bonitas prendas de ropa y calzado, valiosas herramientas para su día a día o ricos alimentos para llevar a la mesa.
Los años fueron pasando y aunque estos comercios mantuvieron su encanto y buen gusto, tuvieron que hacerle frente a una competencia voraz. Primero, derivada de la creación de grandes áreas comerciales, en núcleos más grandes como Santiago, Vigo o A Coruña; y después, con la llegada de internet y las grandes plataformas de compra online.

Reparto a domicilio sí, pero las cajas automáticas «ni las tengo, ni se les espera»
Javier Sampedro, al frente del supermercado Covirán (en Caamaño, Porto do Son) desde hace 32 años, reconoce que el volumen de pedidos ha aumentado gracias a aceptar pedidos a través de WhatsApp además de por teléfono. Esta es una de las claves de lo que él no llamaría éxito, sino supervivencia: «Reparto a domicilio y mis clientes saben que cuentan conmigo incluso estando cerrados, al final nos conocemos todos, hay un trato familiar».
Para Saladina López, de Supermercado Onda de San Pedro de Muro, el reparto a domicilio también es una de las claves: «Si, temos reparto a domicilio, de feito consideramos que a maior parte das nosas vendas son gracias a este servizo».
«Creo que una máquina nunca puede sustituir el trato personal. Las hay en muchos sitios: gasolineras, autopistas y hasta en hospitales. Al final son menos puestos de trabajo. Yo, si puedo evitarlas, voy a donde me atienda una persona. Ni la tengo en mi tienda ni se espera», declara el gerente del supermercado.
«Si seguimos así, o día de mañá só traballarán as máquinas. Ademais, penso que é un problema, sobretodo para a xente máis maior. Eso conmigo non vai», cuenta Ana Pestonit, de Mercería Pestonit de Noia.
Perder para ganar y reinvertir en mejoras
Buscando las claves del éxito en este mundo es imprescindible entrevistar a los propietarios de Lolita Moda, un negocio familiar que, desde 1960, ha sabido adelantarse y esperar, desde el futuro, a sus clientes. «Comezamos a apostar pola tenda online sobre o 2010, debido á crise. A opción era despedir ou buscar alternativas para o persoal que estaba contratado. Aí empezábase a falar de venda online. Optamos por facer unha páxina web. No primeiro ano vendemos 3.000 euros, algo insostible porque estábamos invertindo moitas horas. A continuación, apareceron os marketplace como Amazon, que che contacta e che ofrece vender na súa web a cambio dunha comisión. Nese momento pasamos a facturar entre 3.000 e 10.000 euros ao mes, e o traballo obtivo unha recompensa. Ademais, invertimos o beneficio en mellorar a nosa web, en Google e enriquecer tanto tendas como mercancía. Non tivemos medo porque era un momento de moita crise. O que perdíamos era o noso tempo. Os clientes non entraban pola porta, pero tiñamos moito tempo para crear contido online. Cada vez máis, o negocio foi medrando a través de outros marketplace como Spartoo e outros internacionais. Todo foi crecendo sobre a marcha», explica Pablo Hermo, uno de los socios del negocio.
«A pandemia marcou un punto clave porque impulsou a venda online. Comecei a recibir chamadas doutros negocios para saber como vender online e así sacar adiante a mercancía. Non pensamos que ía durar tanto e acababa de chegar toda a mercancía de verán. Aproveitamos esos 15 días para darlle un impulso ao SEO, posicionamento web, redactar contidos, maquetar imaxes, etcétera. Ao principio non houbo un puñetero pedido, arrepentímonos de ter arriesgado. Pero o mércores desa mesma semana comezaron a chegar . Que fai a xente comprando uns pantalóns Levi’s ou unhas Converse de plataforma? Vendéronse todas nun día, nada máis chegar. Os catro que quedamos non dábamos feito», añade Hermo.
Sin embargo, sobre la instalación de cajas automáticas, el profesional remarca que «vendemos experiencias de compra, asesoramento, unha persoa que che dea unha bolsa como Deus manda. Esa tecnoloxía non é para nós».
Asociacionismo para hacerse fuertes
Que la unión hace la fuerza no es ninguna novedad. Desde Lolita Moda saben que su volumen de compras les permite negociar los precios y los pedidos de mercancía desde una posición diferente, ayudándoles a ser más competitivos: «Se cadra, as tendas moi pequenas teñen un futuro máis complicado polos distribuidores de marcas, que teñen un poder de negociación moi grande sobre esos pequenos comercios e requiren volumes de pedidos moi grandes. Para eles supoñen menos costes de distribución, de atención ao consumidor e de gastos comerciais».
Y eso también pasa en el sector de la alimentación. Sampedro lleva años en la cooperativa de alimentación Covirán: «Aquí cada tienda es socia y hacemos las compras de forma conjunta. Estoy muy contento porque además de tener los productos de las grandes marcas que todos conocemos, también tenemos productos de empresas más pequeñas que tienen una calidad increíble. Hoy en día, es muy complicado trabajar sin estar asociado. Gestionar todas las compras por tu cuenta tiene mucha dificultad y te resta competividad frente a grandes establecimientos que se pueden permitir grandes volúmenes de compra y negociar precios».
Otro formato de colaboración es el ofrecido por muchas asociaciones de comerciantes, como la Asociación de Comerciantes de Portosín. «Todos los años se programan actividades de comercio a nivel local, campañas de Navidad con sorteos, ferias de comercio y outlets, en la plaza del pueblo, donde los comercios bajan con su producto. Estas campañas son muy bien acogidas y los comerciantes salen satisfechos», comenta su presidente, Manuel Mariño Blanco.

El corazón del pueblo
Según Saladina López, de Supermercados Onda, «a tendencia é que os pequenos comercios se acaben e que a xente acuda máis a supermercados grandes». Aunque por ahora, cabe decir que su negocio sigue en pie. «Sen dúbida, a crave do éxito do noso negocio é o trato cercano e familiar que temos cos nosos clientes».
La propietaria de Mercería Pestonit de Noia piensa igual: «Ter mercancía, tratar ben aos clientes e a cercanía que temos con eles. Nos centros comerciales eso non pasa. Aquí ven xente de todos os lugares, non só de Noia».
Especialización
Muchos de los entrevistados señalan que la clave de los negocios del futuro es especializarse en un producto o en un público objetivo concreto. María, de Mercería Marisa de Noia, reconoce que «está afectando un poquito la crisis como a todos pero el sector está bien. Hay una serie de cosas que todo el mundo necesita arreglar. Y si quieres comprar un hilo de buena calidad, sabes que aquí lo tienes».
«Eu penso que moitos se van a acabar, pero que algúns moi específicos van a seguir estando aí», asegura la propietaria de Mercería Pestonit.

Distribuidores de calidad y buenos conocedores del cliente
Además de concentrarse en un producto o en un segmento de la población en concreto, existe una especial incidencia en que el producto ofrecido a los clientes goce de buena calidad. Susana Pais, coordinadora de ciclos formativos en el colegio María Assumpta de Noia, sostiene que se da por hecho que «el comercio tradicional es un negocio anticuado, pero tiene muchas ventajas que hacen que vayan a permanecer en el futuro. La relación directa entre cliente y vendedor facilita asesoramiento y acompañamiento, llegando a crear una relación de confianza. Es fundamental la especialización en el tipo de producto que se vende. Esto y la cercanía hacen que conozca perfectamente los gustos, necesidades e incluso la capacidad económica de los clientes».
«Por otro lado, hay una gran parte de la población que apuesta por el comercio de cercanía, que ofrece un producto de consumo sostenible de mayor calidad. Existen un montón de razones. Ese tendero da vida a las calles y genera la identidad de un pueblo. Sin ellos, las calles serían mucho más aburridas», afirma Pais.
Presencia online, el mejor escaparate
Más allá de vender a través de internet, la página web también es un escaparate que ayuda a vender cuando uno tiene el negocio cerrado. Según Máximo Teira, gerente de Max Systems Noia, los negocios deben hacerse más competitivos: que desarrollen venta online, redes sociales y moverse hacia el futuro (que en realidad, ya es presente). «Una pequeña tienda tiene pocas opciones de crecer, salvo que desarrolle una venta online e interactúe con sus clientes a través de las redes sociales. En el mundo hacia el que vamos va a tener más peso esta faceta de un comerciante que la tienda presencial. Tengo clientes que tienen almacenes en lugar de tiendas».
Apoyo institucional, factor clave
Susana Pais cree que «las instituciones deben aportar formaciones y talleres para el pequeño comercio para adaptar sus negocios. Desde plataformas de venta, pasando por redes sociales o creación de una página web. Además, lo acompañaría de ayudas económicas para poder instalar nuevas aplicaciones de venta, mantenimiento y creación de una página web. Al igual que un abaratamiento de los costes en los que tiene que incurrir un autónomo, como los seguros sociales. Eso estaría fenomenal».
El presidente de la Asociación de Empresarios de Portosín, puntualiza que «la labor más importante sería la concienciación a nivel institucional. Campañas enfocadas en que, si el pequeño comercio cierra, todos perdemos». También ve muy necesario iniciativas que hagan que los jóvenes valoren abrir un pequeño comercio: «Que vean que estos funcionan, que son rentables y que se puede vivir de ello sin necesidad de marchar de tu pueblo».
Cambio de mentalidad, imagen corporativa y profesionalización
La coordinadora de ciclos formativos del colegio María Assumpta añade: «No solo tendría que ser un compromiso de las instituciones, sino un cambio de mentalidad y de actitud. Estar dispuestos a aprender y aceptar esas formaciones y talleres. La imagen corporativa cuidada de estos establecimientos genera valor añadido para un consumidor y no se debe descuidar. Desde nuestros ciclos, tanto medio como superior, estamos preparando a gente muy válida que viene a estudiar incluso desde Santiago. Logística, escaparatismo, marketing, comercio electrónico, marketing digital, inglés, gestión, técnicas de venta… son algunas de las habilidades más demandadas hoy en día para este sector y para muchos otros».
De la misma forma piensa Manuel Mariño: «El pequeño comerciante tendrá que ser más proactivo, tendrá que tener más iniciativa y capacidad para anticiparse a problemas o necesidades futuras». Y por supuesto, tendrá que tener el apoyo de sus proyectos por parte de los compradores. Ahí todos y cada uno de los vecinos tiene algo que aportar.