Antonio Sandoval

La megafonía podría sonar así: «¡Niños y niñas! ¡Jóvenes y no tan jóvenes! ¡Permanezcan atentos a sus cielos! ¡Comienza el más extraordinario espectáculo natural de acrobacias aéreas! ¡No se pierdan ni una barrena, ni un tonel, ni un rizo, ni…!».

Estas últimas son las palabras que usan los especialistas en acrobacia aérea para nombrar las arriesgadas maniobras que los pilotos son capaces de hacer bajo las nubes. Pero estos altavoces de hoy no se refieren a aviones y avionetas, sino a unas aves que, por cierto, tienen su propio sistema de aviso para que sepamos que están ahí arriba: unos chillidos que recuerdan a unos silbatos de sonido muy agudo. Cuando los escuches, búscalas en el cielo y asómbrate. Son vencejos, y seguro que más de uno pasa a menudo sobre tu centro escolar. Sus acrobacias son, efectivamente, extraordinarias.

Desde África

Hay quien los confunde con las golondrinas. Infórmate sobre las diferencias, muy evidentes, a fin de saber cuándo tienes vencejos sobre ti. Entre otras cosas, acostumbran a volar más alto.

Investiga, a continuación, esto otro: ¿cuál es el vuelo más largo que ha sido capaz de hacer un avión? Ahí va una pista: «Cessna 172». Una vez conozcas la increíble historia de esta hazaña, compárala con este dato: los vencejos que estas semanas llegan a los pueblos y ciudades de toda Europa y Asia llevan sin posarse desde que a finales de verano del año pasado volaron hacia África. Así es: no han dejado de volar.

Era algo que ya sospechaba la ciencia desde hacía décadas, pero que solo se confirmó hace pocos años, gracias a una microtecnología instalada en las plumas de varios individuos, por supuesto sin el menor riesgo para ellos. Ahí va algo aún más sensacional: los vencejos que crían en primavera en Pekín viajan hasta el sur de África en otoño, un recorrido de más de 13.000 kilómetros que vuelven a hacer de vuelta a China en la primavera siguiente. Y así a lo largo de su vida, una y otra vez. Consulta cuánto vive de media un vencejo, y echa cuentas.

Dormir y comer en las nubes

Te preguntarás cómo hacen los vencejos para dormir ahí arriba, en el aire. Pues resulta que pueden permitirse echar cabezadas solo a base de la primera fase de nuestro sueño, la llamada «de ondas lentas»: esa que describimos como «me he quedado un poco traspuesto». Además, pueden hacerlo con solo un hemisferio del cerebro, mientras el otro trabaja.

También encuentran su alimento allá arriba. De hecho, cuando nazcan los pollos sus padres los alimentarán a base de invertebrados que pululan muy altos. Se ha calculado que cada día un pollo de vencejo puede ser alimentado con cerca de 40.000 pequeños insectos alados.

Tres especies en Galicia

Tenemos en Galicia tres especies de vencejos: el común, el pálido y el real. El primero se presenta hacia la segunda mitad de abril y nos abandona en agosto. Los otros dos, mucho más escasos, llegan un poco antes, y se van más tarde. Los tres vienen a criar, el único momento del año en el que se permiten tocar tierra. Los dos primeros anidan sobre todo en huecos de edificios. El tercero, en paredes de roca natural.

Para saber más. Vídeo de SEO/BirdLife sobre el vencejo común.

 


asandovalrey@gmail.com es escritor y divulgador.

Compartir en Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en WhatsApp

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies