Tres nigerianos se embarcaron hace once días en el timón de un petrolero, y así, a medio metro del agua, llegaron hasta Canarias, donde fueron descubiertos.
Su peligroso viaje no tendrá final feliz, porque se los considera polizones, no emigrantes. Así que el capitán del barco se hará cargo de ellos hasta que regrese a Nigeria, donde los entregará a las autoridades.