Hay veces que sí son eufemismos, pero lo de ayer queda mejor explicado como lo describió el columnista de La Voz Fernando Salgado: «estrambótica pirueta verbal». Se refiere al asunto del relevo en la dirección del Centro Nacional de Inteligencia. Cuando le pidieron explicaciones en el Congreso, Margarita Robles, la ministra de Defensa, que es de quien depende este organismo, ante todo se esforzó por no decir nunca el nombre de Paz Esteban. Y a lo de despedirla para poner a otra persona en su lugar no lo llamó destitución, sino sustitución. «El más parvo de la clase de Lengua sabe que toda sustitución tiene dos fases: un cese —destitución o dimisión— y un nombramiento», dice Salgado en su artículo de hoy, titulado «La destitución de Paz Esteban». Y más adelante: «Pedro Sánchez destituyó a Paz Esteban». ¿Por qué nos hablan así los políticos cuando están en el poder (nos acordamos de cuando Zapatero se negó a pronunciar la palabra crisis o de cuando Rajoy hizo virguerías para no nombrar a Bárcenas)?

Compartir en Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en WhatsApp

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies