Título: Nutrición y ODS
Destinatarios: Educación Secundaria Obligatoria.
Asignatura: Biología y Geología, Cultura Científica, Consumo Responsable o Promoción de Estilos de Vida Saludables
Autor: Patricia Barciela.
Introducción
Todas las personas tienen derecho a una alimentación adecuada. Por este motivo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU nos comprometen para actuar a favor de cambios globales e integrados que permitan poner fin al hambre y a la malnutrición antes de 2030. Y es que los ODS son 17 objetivos que están relacionados, de forma directa o indirecta, con la nutrición.
Una buena nutrición constituye la base para garantizar el bienestar y el potencial humano. No es solo un producto del desarrollo, sino también la semilla que posibilitará un futuro mejor. El reto es pensar en global y actuar en local para la transformación hacia una nutrición, y un mundo, más sostenible.
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Contenido
Los cereales son uno de los pilares de la alimentación en los países pobres y en vías de desarrollo, no solo para el consumo humano sino también como alimento del ganado. El cambio climático y otros factores ambientales ponen en peligro la producción de cereales y de otros cultivos. Por ello, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible contempla la necesidad de promover prácticas agrícolas sostenibles que permitan obtener alimentos para una población mundial en crecimiento. Aquí puedes encontrar material visual sobre los ODS, como pósteres para imprimir y colocar en el aula.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el 55% de la energía que ingerimos de los alimentos provenga de los hidratos de carbono. Es el principal componente de los cereales, que contienen además, en menor cantidad, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Por todo ello, son una de las bases fundamentales de cualquier dieta equilibrada. El arroz, el trigo y el maíz representan cerca de la mitad de los cereales consumidos en el mundo. En este vídeo puedes profundizar más en el Objetivo 2, Hambre cero.
Otro aspecto indispensable de una buena nutrición es el ejercicio físico diario. Se trata, sencillamente, de una cuestión de equilibrio entre el aporte y el gasto energético. Si ajustamos la ingesta de alimentos a nuestro nivel de actividad habitual, podremos mantener el peso corporal en niveles deseables. Además, si queremos evitar el sedentarismo en la edad adulta, hemos de estimular la actividad física desde la infancia. Así nos lo recomienda la nueva pirámide de la alimentación saludable, que puedes encontrar en la página de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria . Además, puedes consultar la pirámide específica para niños y adolescentes y diversas guías nutricionales.
El ejercicio físico se aborda en el Objetivo 3, Salud y Bienestar. Se busca asegurar la salud y el bienestar de todas las personas, en cada etapa de la vida. En la actualidad, las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte prematura en el mundo. La obesidad, el sobrepeso y la malnutrición están entre las causas identificadas. Sin embargo, podemos adoptar estilos de vida más saludables a cualquier edad. Y hacerlo puede cambiar las cosas, ya que se ofrece a las personas la posibilidad de una vida más larga o de mejor calidad. Puedes visualizarlo aquí.
Una buena nutrición necesita un buen balance energético. Los alimentos aportan nutrientes y energía, pero las necesidades varían en cada persona en función de factores como la edad o su actividad física diaria. Las medidas de altura, peso y tensión arterial son algunos de los indicadores para conocer si una persona se nutre adecuadamente. Los márgenes dentro de los que se considera que estos valores indican un buen estado de salud son amplios. Superar estos márgenes, tanto por exceso como por defecto, puede ocasionar problemas de salud. En esta web puedes encontrar diversas actividades interactivas, y algunas te proponen cómo calcular el gasto energético.
Este balance energético es muy diferente según la zona del planeta en la que vivamos. Una de cada tres personas del planeta sufre malnutrición, según datos de la Organización Mundial de la Salud, tanto por desnutrición como por sobrealimentación. La nutrición es una de las bases en las que se sustenta la salud y el desarrollo de los habitantes de los países, y es preciso avanzar hacia una reducción en las desigualdades, no solo en lo referido al acceso a la comida sino también en su calidad y seguridad alimentaria. Así que hemos de seguir trabajando en el Objetivo 10, Reducción de la desigualdad.
Hervido, asado, a la plancha, salteado, al vapor, frito o al microondas. Son algunas de las técnicas culinarias con las que preparamos los alimentos, respetando los tiempos y las temperaturas para lograr platos apetitosos. Cada preparación tiene su secreto, ya sea para lograr un sabor característico o para alcanzar una consistencia adecuada. Y también para conservar el valor nutritivo de cada alimento, ya que el calor de la cocción y otros factores destruyen ciertas vitaminas y minerales. Por lo tanto, al aprender las claves de cada técnica, conseguiremos disfrutar de platos ricos y sanos. Y además, podremos crear comidas saludables y equilibradas, como sugiere El plato para comer saludable, creado por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard . Puedes encontrar el plato Harvard aquí.
Existe una fuerte conexión entre la educación y los alimentos: la mala nutrición afecta al aprendizaje y al rendimiento en la escuela. Por eso hay mucho qué hacer en el Objetivo 4, Educación de calidad. En algunos países se han puesto en marcha programas para atraer a la infancia al sistema escolar, proporcionando comidas gratis en las escuelas; como resultado, aumentó la asistencia y disminuyó el trabajo infantil. El sistema educativo también es el lugar perfecto para informar sobre cómo adoptar dietas saludables y sostenibles, y enseñar a las personas a cocinar y comer de forma apetitosa.
El agua es imprescindible en nuestra dieta, pues todas las reacciones químicas de nuestro organismo la necesitan. Por eso es tan importante mantener una adecuada hidratación mediante el consumo de agua, infusiones o caldos. La cantidad recomendada es de 6 a 8 vasos de agua al día, bebiéndola a intervalos regulares aunque no tengamos sed. Los deportistas y las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben aumentar el consumo diario. Aquí puedes encontrar una guía para la correcta hidratación.
El Objetivo 6, Agua limpia y saneamiento, nos señala que, además de para beber, necesitamos agua para otras actividades humanas. Como ejemplo, utilizamos alrededor del 70% del agua dulce del planeta para la agricultura. Por eso tenemos que ir hacia un uso sostenible del agua necesaria para la producción de alimentos. Pero no solo importa la cantidad utilizada. El procesado de los alimentos contribuye a la contaminación de los acuíferos, por lo que su mejora tiene un papel importante que desempeñar en la conservación y calidad del agua. En esta página están disponibles varios juegos interactivos.
El consumo de frutas es una buena fuente de este tipo de nutrientes que, aunque los necesitemos en pequeñas cantidades, son imprescindibles para mantener un buen estado de salud. Además, muchos estudios indican que las dietas con un aporte adecuado de frutas y verduras ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres. Por otra parte, las verduras y hortalizas tienen características nutricionales únicas: son bajas en calorías y, a la vez, una importante fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. A diario debemos consumir alrededor de 300 gramos, preferentemente en crudo. Además de básica para el tránsito intestinal, la fibra que aportan disminuye los picos de colesterol y glucosa en sangre durante la digestión. Así prevenimos las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Aquí tienes un juego interactivo para fomentar el consumo de frutas y verduras.
Uno de los problemas para avanzar en el Objetivo 1, Fin de la pobreza es que el coste de las importaciones de alimentos es cada vez más elevado, en especial para los países pobres, que se enfrentan al desafío de cubrir sus necesidades básicas. Combatir la pobreza en el mundo implica, entre otras cuestiones, garantizar que todas las personas tengan un acceso equitativo a los servicios básicos, a las tierras, a los recursos naturales y a las tecnologías. Es también una prioridad incrementar el acceso de la población al consumo de fruta y hortalizas.
Además, la agricultura contribuye al cambio climático y también se ve afectada por él. Así que, de cara al Objetivo 13, Acción por el clima, necesitamos reducir tanto las emisiones de gases de efecto invernadero que producen los procesos agrícolas como adaptar el sistema de producción alimentaria para hacer frente al cambio climático. Frente a la creciente demanda y competencia global por los recursos, es preciso contemplar la producción de alimentos en un contexto más general, relacionando la agricultura con la energía y la seguridad alimentaria.
Y para acabar jugando:
– Go Goals, un juego de mesa que tiene como objetivo ayudar a enseñar a los niños de todo el mundo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
– Escape Room, donde un grupo de participantes deberá superar diversos retos, relacionados con los ODS y la Agenda 2030, antes de que el tiempo se agote, y la tierra se extinga, o se salve, gracias a nuestra pericia, compañerismo y participación.