En las últimas semanas el periódico ha dedicado notable atención al hallazgo de Trappist-1, un sistema de siete planetas de tamaño similar a la Tierra orbitando alrededor de una estrella situada a unos 40 años luz del Sol. De los siete planetas del sistema parece que al menos tres se encuentran en una región templada en la que, de haber agua, esta podría encontrarse en estado líquido formando océanos. Lo curioso de esta noticia es que casi nada en ella es especialmente novedoso. Trappist-1 no es el primer sistema de planetas extrasolares que descubrimos. Tampoco es el primero que encontramos con varios planetas semejantes a la Tierra, o en el que alguno de ellos se encuentra en una región templada alrededor de su estrella. No es el sistema extrasolar más próximo e incluso hace tiempo que se sabía que allí había, al menos, tres planetas. Lo único que es realmente nuevo es el tipo de estrella, una enana superfría, de las que no se conocía ninguna rodeada de planetas. La estrella Trappist-1 tiene un tamaño poco mayor que el de Júpiter y su luz es mucho más fría que la de nuestro Sol. Siendo tan pequeña, el ritmo al que consume su combustible nuclear es muy lento, de tal modo que seguirá brillando muchos millones de años después de que el Sol y la mayoría de las estrellas de la Vía Láctea se hayan apagado definitivamente.
Así las cosas, ¿por qué se ha convertido este hallazgo en una noticia tan comentada? En este estudio veremos algunos de los motivos que han dado fama a Trappist-1, lo que al mismo tiempo nos ayudará a entender mejor el éxito del que parecen gozar algunas noticias, tanto las científicas como las que aparecen en otras secciones del periódico. Y ya de paso, aprenderemos cosas sobre los planetas extrasolares y la búsqueda de vida extraterrestre.