ANA ABELENDA

Dicen que el amor no tiene edad. Incorrecto. El amor tiene varias edades, que no siempre coinciden con la propia. A los 45 se puede amar como un adolescente, como Defreds, como Bécquer. Pero hoy quería hablar del curioso fenómeno de la amistad, recordar a qué edad empecé a hacer amigos y en qué momento esos lazos se hicieron decisivos. He oído decir que la amistad echa a andar a partir de los 5 años, pero mi experiencia lo pone en entredicho, como esa idea que señala que no tenemos recuerdos hasta que cumplimos los 4. Incorrecto. Yo siempre recordaré a mi madre el día que nací, su olor cansado, y la primera visita que recibí de mis abuelos cuando tenía dos días de vida.

A mi primera mejor amiga, que era mi ídola y mi cruz, le perdí la pista, pero nunca perderé su nombre (que, por cierto, sale en el maravilloso libro O poder de Amabel, de otra amiga mía a la que conocí con 8 años pero quiero más ahora), ni el recuerdo de los lazos de colores de sus trenzas tirantes. Tampoco soy capaz de olvidar su número de teléfono (fijo), que marcaba girando una rueda. Alguna vez la llamé por error pasados 25 años de nuestro idilio amistoso y colgué con la vergüenza de chicle de los 7 años.

A los 15 años enamoran los amigos. Ellos se convierten en el centro de tus días y tus noches, en el centro y los suburbios de tu cabeza y de tu tiempo. No sabes qué hacer sin ellos. Piensas en salir con alguien solo por contárselo a Marta o a Miriam, para reforzar el cordón o el wifi umbilical de esa amistad radical, exaltada. Con los años, esa intensidad decae, a algunas amigas las pierdes de vista por la corriente de tu vida laboral o maternal. Llegan amigos de pega y amigos de paso, gente que nunca sabrá cómo eras a los 15, cuando empezabas a ser de verdad. Y un día recibes un wasap de Rebeca, y vuelves a los 15, ¡treinta años después! Te dice que tiene novelas que le dejaste entonces, libros que forraste con tu pasión de los 15 y en los que anotaste nombres y fechas. Y os veis. Te los da. Resbalas del subidón. Y pasáis tres horas hablando como si no hubiera mañana, como ayer. La amistad es lo mejor de los 15. Y de los 45 también. Si tienes suerte y eliges bien…

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