3. CONTENIDOS

3.1. El tiempo de las grandes protestas y marchas parecía haberse terminado con el advenimiento, alrededor de los años noventa del siglo pasado, de la época de mayor bienestar y de crecimiento económico más acelerado de la historia. Las grandes marchas a favor de los derechos civiles y en contra de la Guerra de Vietnam, el mayo del 68, la Revolución de los claveles en Portugal o la del terciopelo en Praga parecieron terminarse con la caída del telón de acero en 1990 y el inicio de tiempos de prosperidad. Desde entonces han pasado veinte años y las jóvenes nuevas generaciones parecían haberse conformado con vivir en la sociedad de la opulencia sin inquietudes por conseguir mejoras colectivas, domesticadas por la vida muelle en la que habían pasado su infancia.

3.2. Sin embargo, un hecho que en su día pasó desapercibido, ocurrido el 17 de diciembre de 2010 en Túnez, encendió una mecha que aun no se sabe cuándo terminará de apagarse. Un joven vendedor callejero de 26 años, Mohamed Bouazizi, se auto inmoló prendiéndose fuego ante el edificio del gobierno de la ciudad de Sidi Bouzid para protestar contra los continuos abusos de los que era objeto por parte de la policía. Su gesto de indignación contra la autoridad se extendió por toda la nación de Túnez. Las gentes salieron a la calle para protestar contra la tiranía de su Gobierno y la falta de democracia y decidieron que no volverían a sus casas mientras el régimen político que regía el país siguiera allí. Y lo consiguieron: el 14 de enero el dictador Ben Ali buscó un dorado refugio en Arabia Saudí y huyó dejando paso libre a la instalación de un régimen democrático más justo.

3.3. En Egipto la chispa prendió con un incidente parecido al de Túnez. Un joven de 28 años, Khaled Said, había colgado de la red un video en el que aparecían policías trapicheando droga. La policía lo detuvo y le dieron una paliza que le provocó la muerte. Por este motivo y bajo el lema «Todos somos Khaled Said» se convocó una manifestación en la Plaza de Tahrir para el 25 de enero del 2010. El éxito fue total y la plaza se llenó de jóvenes de todas las tendencias dispuestos a no moverse de allí mientras las cosas no cambiaran. La policía pretendió desalojarlos antes de que llegara la noche, pero no lo consiguió. La muchedumbre se había instalado y no estaba dispuesta a moverse hasta que Hosni Mubarak abandonara el poder y dejara paso a la recuperación de una democracia. Pese a todos los intentos y los esfuerzos de la policía, pese a los muertos y heridos que las cargas policiales provocaron, la muchedumbre no se movió de allí. Los participantes se turnaban, aumentaban durante el día y disminuían por la noche, pero continuaban tomando la plaza. El 11 de febrero Mubarak no resistió más y presentó su dimisión. Las Fuerzas Armadas constituyeron un Consejo Militar de gobierno encargado de aprobar una nueva Constitución y restaurar la democracia en el país. Desde entonces el proceso se ha ido desarrollando con avances y retrocesos que tienen repercusión en el renacimiento de nuevas concentraciones de población en la ya famosa Plaza Tahrir de El Cairo.

3.4. El triunfo de la evolución pacífica de los manifestantes provocó de inmediato la aparición de nuevos movimientos en los países árabes de la región mediterránea. Los brotes surgieron principalmente en Libia, Siria, Yemen.

3.5. Las primeras convocatorias para iniciar un movimiento de manifestaciones fueron convocadas en Libia para el 17 de febrero con el nombre de «Día de la ira», pero ya dos días antes, en Bengasi, se produjo un enfrentamiento con fuerzas de la policía que provocó tres muertos. Desde el principio la policía y el ejército libio se mostraron dispuestos a cortar por la fuerza cualquier intento de manifestación y esto provocó una situación de revuelta armada en la zona oriental del país, habitada por tribus tradicionalmente opuestas a Gadafi. La situación para el gobierno se complicó pronto porque gran parte de las fuerzas armadas de la región de Cirenaica se pasaron a los rebeldes, se hicieron fuertes en la costa oriental y conquistaron algunas ciudades en la costa occidental en torno a la capital Trípoli. Gadafi respondió bombardeando con aviones una manifestación en Trípoli, la capital, y produciendo más de 250 muertos. La situación degeneró hasta llegar a una verdadera guerra civil. Intervino el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas declarando que las tropas gubernamentales estaban cometiendo crímenes contra la humanidad y el 17 de marzo de 2011 decretó, mediante la Resolución 1973, una zona de exclusión aérea sobre el cielo de Libia para proteger a la población de las fuerzas aéreas libias. La OTAN asumió la tarea de hacer cumplir la resolución y sus fuerzas aéreas y navales atacaron objetivos militares libios. España participó en este cuerpo expedicionario como miembro de la OTAN. El enfrentamiento entre las fuerzas leales a Gadafi y las que luchaban por la liberación del país se prolongó durante gran parte del año 2011, al principio con suerte indecisa y desigual, pero en el verano la victoria se inclinó a favor de las fuerzas liberadoras. A finales de agosto había caído Trípoli y se iniciaba el ataque contra Sirte, la ciudad natal de Gadafi en la que se había refugiado. El 20 de octubre, tras la conquista de la ciudad, Gadafi fue capturado en un convoy que pretendía huir y fue asesinado.

3.6. Las grandes manifestaciones comenzaron en Siria el 15 de marzo de 2011. Se hicieron especialmente graves en la ciudad de Daraa, donde las fuerzas policiales emplearon munición real contra los manifestantes. El primer manifestante muerto se llamaba Akram Jawabra. Desde entonces se han sucedido cantidad de manifestaciones y un número incontrolado de muertos. El dictador Bachar El Asad se niega a abandonar el poder y sigue usando la fuerza de las armas para impedir las manifestaciones. Los países occidentales impusieron distintas sanciones económicas y la Liga Árabe exigió que el gobierno asumiera reformas que llevaran a la paz. Pero nada de eso se está cumpliendo y el ejército ha ocupado con sus tanques las principales ciudades. Muchos soldados se han negado a disparar contra la multitud, por lo que están siendo ejecutados. Durante los nueve meses transcurridos desde el comienzo de la revolución han sido asesinados más de 1.300 civiles, hay entre 9.000 y 15.000 detenidos o desaparecidos y cerca de 10.000 han buscado refugio al otro lado de la frontera con Turquía.

3.7. En Yemen las protestas comenzaron el 27 de enero de 2011. Salieron a las calles de Saná, la capital, 16.000 personas, de las que 10.000 eran universitarios. Exigían que el presidente Ali Abdullah Saleh, que lleva en el poder desde 1990, no se presentase a la reelección, ni pasase el poder a su hijo. Las protestas se presentaban de forma pacífica y por eso los manifestantes llevaban lazos rosas. Se sucedieron una serie de juegos de tira y afloja entre el gobierno que ofrecía reformas y la calle que exigía avances mayores en democracia. La violencia comienza a extenderse y hay muertos en la Universidad y en las calles. El clima es de guerra civil. El 3 de junio fuerzas rebeldes bombardean el palacio presidencial y Saleh resulta herido. Al día siguiente viaja a Arabia Saudí para ser operado y atendido clínicamente. El vicepresidente Mansur Hadi asume la dirección del país. Saleh regresó a Saná el 23 de septiembre y el 21 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución en la que se le pidió que dejara el poder. A finales de noviembre accedió a presentar su dimisión, pero antes decretó el 27 de noviembre un indulto general que afectaba a todos los rebeldes, pero que conseguía también para sí la inmunidad. Por ello todavía hay manifestaciones para protestar contra la imposibilidad de someterle a juicio.

3.8. Durante muchos años las generaciones de jóvenes han permanecido alejadas de las reivindicaciones sociales políticas en España, pero algo ha cambiado en los últimos tiempos y ese algo tiene mucho que ver con las redes sociales y la interactividad que estas han generado con toda clase de foros de debate. La plataforma denominada «Democracia Real Ya» lanzó la propuesta de organizar concentraciones de protesta el 15 de mayo en 58 ciudades españolas. La idea tenía también que ver con el éxito de un libro de Stéphane Hessel, diplomático francés, titulado ¡Indignaos! en el que se animaba a los jóvenes a mostrar su ira ante una sociedad y unos políticos incapaces de controlar a unos poderes financieros que gobiernan el mundo a su conveniencia y antojo. El movimiento ocupó la Puerta del Sol de Madrid y se extendió de inmediato por todas las ciudades de España. Se establecieron acampadas auto gestionadas por asambleas, que funcionaban como ágoras en las que se debatían ideas y se solucionaban los problemas de logística que las propias acampadas creaban. No sólo fue un movimiento pacífico, fue al mismo tiempo un movimiento didáctico con voluntad de comunicar y propagar sus ideas. Durante meses mantuvieron su ocupación de las plazas y después decidieron disolverse para reaparecer puntualmente en momentos especiales. Pero el movimiento empezó a despertar el interés de la prensa europea y norteamericana y comenzó a propagarse por otros países y ciudades.

3.9. Grecia fue el primer país al que se contagió el movimiento. Los indignados griegos se instalaron en la plaza Syntagma frente al Parlamento griego y permanecieron allí durante más de un mes. Pocos días después el movimiento se contagió a Tel Aviv con tiendas de campaña instaladas en la Avda. Rothschild que se extendieron a más de cien poblaciones judías. Se propagó también a Londres, a París y después dio el salto a América, al corazón económico de Nueva York, a Wall Street y se instaló en Zuccotti Park y se extendió por muchas poblaciones norteamericanas, especialmente en California.

3.10. Es muy posible que el tiempo de los manifestantes indignados no haya terminado con el año 2011. A lo mejor no ha hecho más que empezar. Los acontecimientos derivados de las últimas elecciones en Rusia y de las sospechas de fraude electoral han sacado a la calle a millones de rusos que parecen dispuestos a gritar su desacuerdo una y otra vez desde las calles.

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