Ahora que los periódicos nos hablan de Gerards y Fiens, o de Filomenas, cuando no de danas, anomalías y ciclogénesis explosivas, quizá haya que celebrar que también se oiga hablar de los temporales y borrascas de toda la vida. Que fue lo que vivió Galicia estos días: un auténtico temporal de los buenos, aunque, como lo peor pasó por las noches, muchos casi ni se enteraron. Es enero, así que lo normal es este tiempo del demonio, que esperemos que dé paso a una primavera fértil y hermosa. Veremos dentro de un par de meses.

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