El Mundial de Catar llegó con muchas críticas a que se juegue en un país poco respetuoso con los derechos humanos. Hace unos días que se está disputando y se ha podido ver alguna que otra reivindicación de esos derechos, como la de los jugadores de Irán, que no cantaron su himno nacional.
Si miramos atrás, tanto otros mundiales de fútbol recientes (Rusia 2018, Brasil 2014) como las olimpiadas (Pekín 2008, Río de Janeiro 2016) o lo juegos de invierno (Sochi 2014, Pekín 2022) se han celebrado en países del mundo que poco tienen que reprochar a Catar en cuanto a derechos humanos.
Hay quienes creen que elegir estos países como sedes es positivo, porque facilita su apertura a valores democráticos. Sin embargo, pasados ya unos años de los campeonatos disputados en Rusia, China o Brasil que mencionamos, no parece que haya cambiado nada en esos lugares. Casi diríamos que al contrario.
Por eso el debate que proponemos es si os parece bien que se elijan estos países y si, a lo mejor, esos cambios que esperamos son tan lentos que aún tendremos que darles tiempo a que lleguen, o si, por el contrario, la falta de respeto a los derechos humanos debería castigarse con el veto a que estos países no sean sede de este tipo de encuentros.