Cuando se iniciaron las peregrinaciones la mayor parte de los romeros procedían de Europa y venían a Santiago para hacer penitencia por sus pecados o para cumplir una promesa por algún favor especial concedido o implorar del apóstol alguna gracia especial. Era un asunto religioso en un tiempo en el que la Iglesia era protagonista principal en toda la organización social. Cada peregrino tomaba su decisión individual, pero existían organizaciones que facilitaban las cosas. La confluencia de abundantes grupos de gentes desplazándose hacia la misma meta trajo como consecuencia que se estableciesen caminos específicamente organizados y preparados para transitar los peregrinos.

Un solo peregrino no hace camino, pero eran muchos los que transitaron por ellos y dieron pie a rutas preparadas para acoger el paso continuo de personas y grupos ofreciendo albergues en poblaciones, hospitales, servicios de protección y seguridad, y centros de parada y descanso, separados entre sí por distancias que se podían recorrer en un día de caminata. Una de estas rutas se impuso entre las demás como el eje principal y más importante de la red. Fue el llamado Camino Francés, pero hubo, y todavía hay, otras varias alternativas para llegar al punto más occidental de Europa donde se encuentra Compostela. Exploremos las más importantes.

El Camino francés
 

Es el vertebrador, la espina dorsal de la ruta jacobea. Fue la geografía quien la definió como le ruta esencial. El grueso de la peregrinación llegaba desde Europa y, para entrar en Hispania se encontraban con el muro, casi infranqueable, formado por las altas cumbres de los Pirineos. Hasta allí habían llegado utilizando un abanico de rutas sobre suelo francés. Pero para cruzar el muro pirenaico los romeros se concentraban sobretodo en dos puntos: Saint Jean de Pied de Port, cerca de la costa atlántica francesa, y Somport, casi en el centro del muro de los Pirineos. Al otro lado de la barrera se encontraba la Península Ibérica y en su extremo más occidental Compostela. Por eso consideramos los Pirineos como el comienzo de la ruta jacobea en España, de la misma forma que su meta final es Compostela. En el cielo ese camino está marcado por la Via Lactea, contemplada por los peregrinos como la señal luminosa de las estrellas que les marcaban el camino a seguir.

Los peregrinos que entraban en la península por Saint Jean de Pied de Port, una vez superado el muro de los Pirineos, se encontraban con que la cordillera continuaba hacia occidente, paralela a la costa, dejando un estrecho pasillo entre el mar y las cumbres cubiertas de nieve durante largos meses. Era un camino difícil, así que buscaron otra alternativa bajando algo hacia el Sur, para sobre pasar esta nueva cordillera y girar después hacia occidente, caminando por tierras más áridas, pero más cómodas para peregrinar. Las condiciones geográficas determinaron que esa fuera la ruta principal. Y le llamaron el Camino Francés porque los francos eran los peregrinos más asiduos y numerosos.

Estos romeros entraban en Hispania por el Reino de Navarra y tenían por delante un recorrido de 760 Kms. Haciéndolo a pie, puede dividirse en 32 o 33 etapas, de entre 20 y 30 Kms. El Códice Calixtino lo documenta y describe en su Libro V para ilustrar a los romeros europeos sobre lo que se iban a encontrar en su peregrinaje a través de los reinos cristianos que en aquel entonces solo dominaban la mitad norte de la península ibérica. En su recorrido se encuentran ciudades grandes, ricas en monumentos: Pamplona, Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, León, Astorga, Ponferrada; hermosas catedrales como la de Santo Domingo de la Calzada, la de Burgos, la de León, la de Astorga; ricos monasterios como Roncesvalles o Samos y otros muchos; iglesias románicas monumentales, como la basílica de San Isidoro, en León o pequeñas joyas arquitectónicas, como San Martín de Frómista o innumerables ermitas y pequeñas iglesias románicas; edificios singulares como el Hostal de San Marcos o el palacio Episcopal de Gaudí, en Astorga; lugares emblemáticos como la Cruz de Ferro en Foncebadón junto a la que cada peregrino deja su guijarro, a 1.500 m. de altitud, en el punto más alto por el que discurre esta ruta o el castillo templario de Ponferrada o la villa histórica de Villafranca del Bierzo.
El camino entra en Galicia por O Cebreiro, una ligera desviación nos permite visitar el Monasterio de Samos para bajar hasta Sarria donde muchos peregrinos principiantes comienzan su iniciación porque estamos ya a poco más de 100 kms. de Compostela, los que se necesitan para ganarse la Compostela con todo derecho. Queda todavía pasar por Portomarín, Palas de Rei, Arzúa, Melide donde se une el camino primitivo y Arzúa donde conecta el camino del Norte, también llamado de la Costa, para llegar al Monte del Gozo y contemplar en el horizonte el perfil inconfundible de las torres compostelanas, antes de llegar a la plaza del Obradoiro donde la ruta rinde viaje.
Es el más concurrido y ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad

Camino Aragonés

Los peregrinos que cruzaban los Pirineos por Somport entraban en Hispania por el Reino de Aragón y les quedaba por delante un recorrido de 858 kms. hasta Compostela. Pero, en realidad este camino es mucho más corto porque se fusiona con el Camino Francés en la población navarra de Puente de la Reina. El Camino Aragonés independiente tiene un recorrido de 164 Kms.

Comienza en Somport, en el Pirineo de Huesca y se funde con el Camino Francés después de pasar por Canfranc y Jaca, atravesando tierras escasamente pobladas, pero de gran belleza paisajística y muy ricas en arte románico. Suele dividirse en seis etapas antes de fusionarse en Obanos, junto a Puente de la Reina, con el Camino Francés.

Camino Primitivo

Es el más antiguo, el que siguieron los primeros peregrinos, cuando la peregrinación comenzaba y todavía nadie venía de Europa, sino de los reinos cristianos del norte. Comenzaba en la capital del reino Astur, Oviedo, y discurría por el centro de Asturias para entrar en Galicia por la montaña lucense. Tiene un recorrido de 313 kilómetros

A pesar de transitar por regiones montañosas, muy agrestes, ofrece también la posibilidad de visitar grandes monumentos como algunas iglesias de arte prerrománico astur, como Santa María del Naranco, o hermosas catedrales, como la de Oviedo o la de Lugo. En Galicia atraviesa atraviesa también territorios no muy poblados, como A Fonsagrada, con paisajes agrestes y de gran belleza, hasta llegar a Lugo para unirse también al Camino Francés en Melide. Suele planificarse en 11 etapas.

Camino Portugués

Tuvo mayor importancia durante le Edad Media, después decayó por razones históricas y, tras las apariciones de la Virgen y el auge del Santuario de Fátima, las peregrinaciones se dirigieron allí.

Gana especial importancia después de pasar la frontera española por Tui. Desde allí hasta Compostela hay 113 kilómetros, una distancia muy aceptable para obtener la Compostelana. Esta es la parte de este camino más frecuentada. El recorrido se puede hacer en cuatro o cinco etapas y está bien equipado de albergues públicos.

Camino del Norte (o de la Costa)

Los romeros también entraban a veces en Hispania por la costa del Golfo de Vizcaya, evitando de este modo las cumbres de la cordillera Pirenaica. Solo tenían que cruzar el río Bidasoa por el puente que todavía es hoy la frontera con Francia en Irún. Después seguían toda la línea de la costa, de pueblo en pueblo, por el País Vasco, Cantabria y Asturias hasta llegar a Ribadeo, donde abandonaban la ribera del mar para dirigirse hacia el suroeste por Mondoñedo, Villalva, Sobrado dos Monxes y Arzúa, lugar en el que se incorporaban al Camino Francés para llegar juntos a Compostela.

Es de los caminos más largo, con un recorrido de más de 860 kilómetros pero pasando por parajes de enorme belleza. Atraviesa ciudades tan relevantes como San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón. Una vez entrado en Galicia, pasa por monasterios como el de Lourenzá o Sobrado dos Monxes, o catedrales como la de Mondoñedo.

Camino de la Plata

Es el camino natural desde el sur peninsular, que no fue el resultado del caminar de los romeros, sino que existía ya antes de que se hubieran descubierto en Compostela las reliquias de Santiago. Los romanos fueron quienes construyeron la Ruta de la Plata como salida a la producción minera, sobre todo aurífera, de las Médulas, el río Sil y todo el territorio circundante. Los romeros solo aprovecharon el trazado de la antigua calzada existente entre Mérida y Astorga.

El camino oficialmente comienza en Sevilla y es muy largo (963 kilómetros por Astorga) se caracteriza por la gran distancia entre poblaciones que obliga a largas etapas. Atraviesa ciudades de gran originalidad y belleza, como la propia Sevilla, Mérida, rica en monumentos romanos, Cáceres, con un conjunto urbano monumental único en el mundo, Salamanca, cuna de las universidades españolas, Zamora y, ya en Galicia, Ourense

Al llegar al norte de la provincia de Zamora, en la Puebla de Sanabria se puede optar por seguir hacia Astorga para unirse al Camino Francés, o entrar en Galicia por A Gudiña y Laza, en dirección a Ourense y de allí a Compostela.

Camino Inglés

Comienza desde dos sitios diferentes, Ferrol y A Coruña.

Desde Ferrol la distancia es de 121 kilómetros, válidos para obtener la Compostela. Desde A Coruña son 75 kilómetros.

Este camino fue utilizado por peregrinos que realizaban un peregrinaje mixto, salían del sur de Inglaterra en barco, desembarcaban en A Coruña o en Ferrol, u otra villa costera, y terminaban su peregrinaje andando desde su punto de desembarco hasta Compostela. Actualmente no suele ocurrir esto y por eso la ruta es solamente terrestre y los peregrinos salen principalmente de Ferrol. No obstante este camino conserva su valor testimonial y está tratado por la administración autonómica con iguales actuaciones que el resto de la red jacobea.

Hasta Muxía y Fisterra

En los últimos tiempos a la ruta jacobea le ha salido un apéndice. Ya de haber llegado hasta aquí, por qué no alargar el camino y llegar hasta el extremo último de Europa, por qué no rendir viaje en la punta del mismísimo Fisterra (final de la tierra).

La prolongación hasta Fisterrra se complementa con la visita a Muxía para visitar el santuario mariano y contemplar la Pedra de Abalar y practicar el paso por la Pedra dos Cadrís.

ACTIVIDADES.-
1.- Se propone una actividad que puede realizarse bien individualmente o bien en pequeños grupos de trabajo. Se trata de planificar una peregrinación hasta Santiago que deberá incluir los siguientes pasos:
1.1. Elección de un camino.
1.2. Confección de un mapa del itinerario elegido. Será necesario buscar en internet información. Hay abundante. Poned en vuestro navegador el nombre del camino y buscad la que más os guste de las páginas web que os ofrecerán.
1.3. A la vista del plano y teniendo en cuenta los datos que habréis obtenido, así como vuestra capacidad para caminar dividid el itinerario en etapas. Tened en cuenta que podéis pensar en hacer la peregrinación en bicicleta.
1.4. Determinad las visitas que no os podéis perder, poblaciones históricas, monumentos, paisajes y maravillas de la naturaleza, lugares de importancia cultural, etc.
1.5. Posibilidades de alojamientos bien en albergues oficiales del camino, bien en la oferta privada.
1.6. Dejad constancia de todo ello por escrito y contadlo en clase si os lo pide el profesor.
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