C. PORTEIRO
A sus 36 años, Rafael Nadal sigue haciendo historia. Hace poco más de una semana, el tenista español ganó de nuevo el prestigioso torneo Roland Garros (París). ¡Y ya van 14! Pero es que este es su vigésimo segundo grand slam (los torneos de más alta categoría). Ningún hombre consiguió jamás semejante palmarés en todo el mundo. Y mucho menos cuando hace solo cinco años se le daba por perdido, a causa de las lesiones. Solo Margaret Court y Serena Williams tienen más grandes premios que él. Muchos le cuelgan ya la medalla del mejor deportista español de todos los tiempos.
¿Por qué es tan especial?
Aunque en España hemos tenido grandes tenistas, desde Manolo Santana hasta Arantxa Sánchez Vicario, lo cierto es que ninguno ha brillado ni trascendido tanto más allá de nuestras fronteras como Nadal. Ni siquiera en otras disciplinas deportivas, donde hay grandes estrellas, como en el fútbol (Iniesta), el ciclismo (Miguel Induráin), el baloncesto (Pau Gasol), la natación (Mireia Belmonte), el piragüismo (David Cal) o el kárate (Sandra Sánchez).
¿Por qué se le aprecia tanto?
No solo es un buen deportista, sino también un gran ejemplo para muchos jóvenes que quieren competir como él, y es todo un embajador de España en el mundo. Sus logros también engrandecen la imagen de nuestro país.
¿Cómo ha logrado llegar tan lejos?
Empezó entrenándose con su tío, Toni Nadal, cuando tenía 5 años. Fue el jugador más joven (15 años) en entrar a competir en el circuito profesional (ATP).
¿Qué ha tenido que sacrificar?
Principalmente, sus estudios. Nadal abandonó su formación académica a los 14 años. Aunque no siempre es necesario hacerlo. El piloto gallego de motocrós Jorge Prado ganó dos mundiales sin abandonar los libros.
¿Hasta cuándo puede jugar?
Hasta que su cuerpo se lo permita. Ha tenido muchas lesiones, que lo han mantenido apartado del tenis en diversos momentos. Al final de su última final de Roland Garros indicó que tenía el pie muy dolorido. Y es que la exigencia física a esos niveles profesionales es muy alta. Hasta hace poco, los futbolistas que superaban los 30 años ya no eran tan atractivos para mantenerlos en plantilla, a pesar de su experiencia. Y eso tiene que ver con el desgaste físico. Habitualmente no se tiene la misma fuerza, habilidad ni resistencia que al empezar, cuando hay mucho camino de mejora por delante. Sin embargo, Nadal ha conseguido mantenerse en lo alto a pesar de su edad y de los problemas físicos.
Claves: Esfuerzo, humildad, honestidad y constancia
¿Qué es lo que hace grande a Nadal? En la cancha, su palmarés, pero fuera de ella también encarna grandes valores. Si es admirado y respetado en todo el mundo es porque sabe ganar y también perder. Nunca tiene malos gestos hacia sus compañeros y rivales, no critica a los árbitros cuando no está de acuerdo ni intenta engañar o hacer trampas para conseguir ventaja. Es un deportista honesto, que juega limpio y trabaja sus victorias a base de esfuerzo y constancia, no solo talento. Se entrena cuatro horas todos los días, pero no habría logrado sus éxitos sin la fortaleza mental que lo caracteriza. Es capaz de sobreponerse a cualquier golpe sin hacer de menos al contrario. No rompe raquetas, como hacía John McEnroe, cuando algo le sale mal. Tampoco insulta ni menosprecia al público que lo critica, como el tenista australiano Nick Kyrgios, más conocido por su conducta antideportiva que por sus logros.
Nunca se rinde ante las adversidades
La carrera deportiva de Nadal no fue un camino de rosas. Hay etapas en las que las cosas no salen como nos gustarían. Nadal encadenó multitud de lesiones graves en el brazo, el codo, el pie y la espalda que lo obligaron a estar fuera de juego durante largas temporadas. Aun cuando la gente hablaba ya de su retirada, tanto por el deterioro físico como por su edad, no se dio por vencido. Confió en sí mismo y siguió entrenándose para volver. Claro, lo consiguió. Sigue sin dar un punto por perdido, pelea cada uno. ¡Por eso sus partidos se alargan tanto a veces y por eso consigue remontarlos! ¿Qué nos enseña su caso? La importancia de cultivar la paciencia y el esfuerzo. No debemos rendirnos ante las adversidades.
ACTIVIDAD BÁSICA
Mi campeón preferido
Seguro que cada uno de vosotros se acuerda de algún deportista al que admira. Nos ilusionan y nos motivan a seguir sus pasos, a sacar lo mejor de nosotros mismos cuando competimos. Pensad en el que más os haya marcado y dibujadlo en clase. Junto al retrato, escribidle una pequeña nota para decirle por qué es vuestro campeón o campeona favorito. Leedlas en alto por turnos. ¿Conocíais a los campeones de vuestros compañeros? ¿Coincidís?
Las actividades de esta unidad están diseñadas por C. Porteiro.

La retirada: hay vida después de triunfar
Después de triunfar, tarde o temprano, llega la hora de la retirada, como en cualquier otro trabajo. Pero a los deportistas les llega antes. En casi todas las disciplinas es raro que sigan en activo después de los 40 años. Entonces surge la duda: ¿qué va a ser de ellos? Hay quienes tienen estudios y no tienen mayores problemas para encontrar trabajo en otros ámbitos. También hay otros, como el piragüista gallego David Cal —el deportista olímpico español más laureado— que optan por seguir dentro del mundo deportivo, entrenando a los jóvenes. Y hay otros, como el ya fallecido Diego Maradona, que caen de manera más profunda en las adicciones porque les falla fortaleza mental. Es muy fácil caer en una espiral de negatividad y dejadez.
El propio Cal, quien abandonó la competición en el 2015, cuenta que cuando se retiró tuvo una etapa «psicológicamente dura». Están acostumbrados a entrenarse sin descanso, a cosechar éxitos y a ser lo mejores. Cuando llega el momento de renunciar, se sienten mal porque pierden su gran motivación, eso por lo que se levantaban todas las mañanas.
Hay quien no se llega a recuperar, como le ocurrió al exportero de la selección española de waterpolo Jesús Rollán, quien se quitó la vida cuando tenía 37 años mientras trataba de recuperarse de su depresión y dependencia de las drogas. Había logrado ser el mejor portero de Europa, pero después no fue capaz de hacerse con las riendas de su vida.
Los dos años siguientes a la retirada son críticos. Los deportistas sienten que pierden la identidad y que ya no tienen expectativas de futuro. Es muy fácil echarse a perder. Profesionales como Alfonso Reyes, exjugador internacional de baloncesto, recomiendan a sus compañeros preparar el día después: «Hay que prepararse desde que uno empieza a dedicarse a esto de forma profesional, porque luego apareces en el mercado laboral con 35 años sin haber hecho otra cosa en tu vida y te encuentras el abismo». Como veis, nuestros superhéroes deportivos son personas de carne y hueso, con sus fortalezas y debilidades que hay que comprender y aceptar.
Los problemas psicológicos los atormentan y frenan muchas carreras
Ansiedad, depresión, soledad, traumas infantiles, inseguridades… La presión a la que se ven sometidos los deportistas de alto nivel en ocasiones acaba por quebrarlos. Fue el caso de la talentosa gimnasta estadounidense Simon Biles, quien en los Juegos Olímpicos de Tokio (2020) decidió retirarse por problemas de salud mental derivados de los abusos a los que la sometió su entrenador, Larry Nassar. Alguna gente despiadada la criticó por no ser lo suficientemente fuerte como para superar ese trauma, olvidando que las deportistas no son máquinas y tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a pedir y recibir ayuda.
Esto tiene que ver también con la frecuencia con la que convertimos a nuestros ídolos deportivos en superhéroes a los que imaginamos sin debilidades ni defectos. Esa necesidad de estar a la altura de las expectativas que deposita el público en ellos hace que sufran por el miedo a fracasar y decepcionar.
La depresión hizo que el pentacampeón olímpico australiano Ian Thorpe se retirara en el 2006. Intentó retomar la carrera en el 2011, pero no volvió a brillar igual. «Ian es una persona formidable, pero tiene dificultades para encarar sus problemas», reconocieron sus padres. Tampoco ayudaron las acusaciones infundadas que tuvo que soportar por un supuesto dopaje, como las que también vertieron sobre Nadal.
ACTIVIDAD MEDIA
Formados para el día después
Hay medallistas olímpicos con formación en todo tipo de disciplinas. Elaborad una lista con diez de ellos y debatid: ¿se puede compatibilizar el deporte de máximo nivel con los estudios? Tened en cuenta las ventajas y los inconvenientes.
ENTENDER
Barreras de las mujeres para competir
■ Las deportistas afrontan los mismos miedos y problemas que ellos, pero encuentran más barreras y menos apoyos para competir. Algunas marcas, como Nike, las obligan a firmar cláusulas para rescindir patrocinios en caso de quedarse embarazadas.
■ No ha sido el caso de la atleta gallega Ana Peleteiro, quien se aseguró en su contrato con Adidas que nadie le iba a restringir su deseo de ser madre. «Es absurdo que rescindan el contrato por estar embarazada y no pase nada si tienes una lesión de larga duración», se quejó. ¿Crees que se las trata de forma injusta?
■ Otra gran barrera son los salarios. Las deportistas suelen ganar menos y hay quien todavía lo defiende, como Nadal, con el argumento de que «no generan tanto dinero». Tampoco cuentan con las mismas oportunidades de inicio y no tienen la misma visibilidad mediática. Tienen que hacer más esfuerzos. ¿Estás de acuerdo?
ACTIVIDAD AVANZADA
Perder el miedo a fracasar
Piensa en un desafío que no te atreves a encarar: estudiar en otro país, hacer la primera entrevista de trabajo o probar con un deporte de riesgo. ¿Qué es lo que te frena? ¿Tienes miedo de que salga mal y te juzguen por ello? Compartid en clase vuestros miedos. Veréis que son muy parecidos.
PROFUNDIZAR
No debemos entrenarnos solo para ganar, sino también para aprender a gestionar las frustraciones
■ Nadie necesita ser como Nadal para tener éxito en la vida, pero debemos esforzarnos para cumplir metas, por muy pequeñas que sean y aunque finalmente no las alcancemos. ¿Suspender un examen es un fracaso? Puede que sea un tropiezo, pero lo importante es recuperarse y mejorar.
■ Los alpinistas se entrenan para saber perder. Pueden estar semanas esperando el momento de atacar una cumbre y fracasar en su intento porque se tuerce el tiempo o les fallan las fuerzas. No importa, porque han dado lo mejor de sí mismos. El mejor alpinista de todos los tiempos, Reinhold Messner, suele decir que una montaña no se conquista cuando se llega a la cumbre, sino cuando se vuelve con vida de ella. ¿Estás de acuerdo?
■ Muchos adultos dicen que las generaciones más jóvenes tienen muy poca tolerancia a la frustración. Es decir, que no aceptan un no por respuesta y culpan a la sociedad de sus tropiezos personales. Según los psicólogos, eso se traduce en adolescentes impulsivos, que se enfadan con facilidad y que evitan enfrentarse a retos nuevos por el miedo a fracasar. ¿Te ves reflejado?
■ El fracaso es parte del aprendizaje, pero en España está estigmatizado. Cuando un negocio va mal, se oculta. En otros países, en lugar de ver el fracaso como una mancha en el currículo, se valora la iniciativa de la persona a la hora de emprender. ¿Qué razones puede haber para que sea así?