Si ayer leíamos que la australiana Kathleen Folbigg, que llevaba 20 años en la cárcel, condenada por haber matado a sus cuatro hijos cuando no habían cumplido ni los 2 años, fue indultada gracias a la inmunóloga española Carola Vinuesa, hoy podemos ver con más detenimiento en el periódico en qué se basó la defensa. Y fue gracias a los avances científicos, concretamente de la genética, que reveló que una mutación provocó diversas enfermedades y que los niños murieron los cuatro por causas naturales. Dos niñas, por una mutación cardíaca, y dos niños, a causa de otra relacionada con la epilepsia.

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