ANA ABELENDA

Con el río de los años, se hace eterno el partido, se olvidan las faltas, llega la temporada de empates y celebrar un gol es ver el milagro de P. Tinto. En eso me hace pensar Alejandro Zambra en su libro Literatura infantil, que no es para niños, sino para padres curiosos que son hijos y lo están descubriendo al filo de los 50.

Hay palabras y goles que no olvidas. «Dos goles como dos soles» es el titular que no ha borrado en mi cabeza la prórroga infinita del período universitario de esta discreta admiradora del gol a lo Panenka. «Dos goles como dos soles» no salió en un diario. Era el titular de aficionado de un compañero, de Osasuna, el que le vi poner en una de las clases de tecnología de dos horas de carrusel de Macintosh.

Yo no soy de fútbol, fui de Arsenio. Pero ahora que mi hija de 8 años se gasta corriendo la banda como extremo derecho, algo ha empezado a cambiar, se expande en mí el terreno de juego. Una sorpresa siempre llega a tiempo. Cada cambio de postura es un pase.

Don Paco Fernández del Riego era «o Bicicleta» por su rapidez en la banda. Se lo cuento a mi hija, que nació el Día das Letras Galegas y a punto estuvo de llamarse Filgueiravalderde, por eso de innovar sin que falte el homenaje folklórico a la raíz. Ella pone los ojos de moucho de Ramón Piñeiro y me dice que a ella también pueden llamarla «Bicicleta» por su velocidad.

Corre, corre, corre ¡y gol! Su primer gol. Fue El Gol, cuatro días antes de su cumpleaños, a solo diez minutos del inicio de un partido que recuerdo emocionada… sin haber visto el remate. No, no vi el primer gol de la pequeña admiradora de Messi, de Putellas y de Pakete.

En mi casa, esta temporada ganan siempre los Futbolísimos. No me atreví a decirle a mi hija que me perdí el gol, no fui capaz de despejar el brillo esférico de su mirada, que pasó de recordarme a la de Ramón Piñeiro a ser la Oliver o Benji. «Qué regalazo para tu cumple, meter un gol», le solté de vuelta en coche del partido. Carrusel deportivo. «Pero yo quiero unos walkie-talkies y El diario de Greg, n.º 16… y que no se muera nadie. No quiero que nadie se muera el día de mi cumpleaños».

Lo vi entrar por arriba. El segundo gol. A lo Panenka.

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