SARA CABRERO
Cientos de personas de toda España han estado haciendo colas muy largas —en algunas ocasiones de más de una hora— estos días por todo el territorio nacional.. Lo hacen frente a las oficinas del Banco de España. Y no solo en las calles. Porque esas largas colas también se han repetido en la web del Tesoro Público. «¿Para qué?», te estarás preguntando. ¿Van a comprar el último modelo de iPhone? Pues no. ¿Quieren adquirir las entradas para el concierto de Beyoncé? Tampoco. Lo que quieren es comprar deuda pública. O lo que es lo mismo, dicho así de manera muy simple, prestar dinero al Estado.
Sí, como lo oyes. Cientos de ciudadanos de a pie y pequeños ahorradores se han interesado estos últimos días por adquirir lo que se conoce como letras, bonos y obligaciones del Tesoro. Esta palabra tan fabulosa, Tesoro Público, se refiere a un organismo que vela para que España consiga dinero para financiar sus necesidades.
Pero vamos a empezar por el principio para que entiendas de qué estamos hablando. ¿Alguna vez te has preguntado de dónde sale el dinero que necesitan los países para que todo funcione correctamente? Seguramente que tu primera respuesta es: los impuestos. Y tienes toda la razón, el dinero llega sobre todo de las tasas e impuestos. Pero a veces, con este dinero no llega. Las finanzas de un país se parecen a las de una familia. Y hay ocasiones en las que, con los sueldos que entran en una familia, no nos llega para hacer grandes desembolsos, como adquirir un coche o una casa. En ese caso, los ciudadanos de a pie solemos acudir a créditos o préstamos del banco. El Estado también puede pedir dinero prestado a bancos, o a sus ciudadanos. A ese dinero solicitado como préstamo se le conoce como deuda pública. Y, dependiendo del plazo en el que el Estado debe devolvernos ese dinero que le hemos prestado, se denominará de una forma u otra.
En primer lugar, tenemos las Letras del Tesoro, que no son más que un préstamo de dinero que le hacemos al Estado por un corto período de tiempo. ¿Cómo de corto? Pues existen varias opciones. Podemos prestarle el dinero durante tres, seis, nueve o doce meses. Pero hay más, porque también encontramos los bonos y obligaciones, en los que el dinero prestado será devuelto a más largo plazo. En el caso de los bonos, se nos devolverá a 3 o 5 años vista; mientras que en el de las obligaciones oscilará entre los 10, los 15, los 30 y los 50 años.
Los intereses, a tu bolsillo
Seguro que a estas alturas te estarás preguntando qué es lo que obtenemos a cambio de prestarle el dinero al Estado. Pues ahí está la cuestión de por qué la gente está haciendo estos días esas largas colas. Porque a cambio de hacerlo, el Estado nos pagará un dinero (son lo que se denominan intereses). Y estos intereses se fijan durante las subastas de deuda pública. En determinados días del mes, el Tesoro Público saca a subasta para que compren los ahorradores pequeñas porciones de deuda pública (esas letras, bonos u obligaciones) y en esa subasta recibe determinadas solicitudes de ahorradores o grandes fondos para comprar esos pedacitos de deuda. Por más que eso de grandes fondos te suene complicado, la realidad es que son empresas que se dedican a comprar cosas de lo más dispar: desde edificio, hasta deuda pública de los Estados pasando por empresas.
Durante la subasta, y en función de las reglas del mercado, se fija un tipo de interés, es decir, el precio del dinero. Espera, ¿que el dinero también tiene un precio? Pues sí, es lo que nos tienen que pagar por utilizar unos euros que no son suyos durante un tiempo. De esa forma, se recompensa a quien presta el dinero. Este precio se suele calcular con un porcentaje sobre el dinero que nos van a dejar.
Imaginemos que le prestamos 1.000 euros al Estado y el interés fijado es del 3 %. Cuando se cumpla el plazo pactado (por ejemplo seis meses), el ahorrador recibirá el dinero que ha pagado (los 1.000 euros) más otros 30 euros en concepto de intereses. ¿Y por qué hay este furor por la deuda pública? Pues porque se trata de una inversión muy interesante por sus propias características. En primer lugar, es segura. Los ahorradores pueden destinar su dinero en toda clase de inversiones que les reporten unos beneficios de vuelta, pero muchas de ellas son peligrosas. Seguro que has oído hablar de los bitcoines y otras criptomonedas, que han dejado a muchos ciudadanos de a pie arruinados: compraron criptomonedas pensando en recuperarlo con intereses y se han encontrado que lo han perdido todo.
Seguridad
Pero es muy difícil que el Estado incumpla con la obligación de devolvernos el dinero y los intereses. Porque si eso sucediera significaría que está completamente quebrado (que no tiene dinero) para seguir funcionando, y estas circunstancias se dan en situaciones muy extremas. En segundo lugar, porque es una inversión a corto plazo. Ya has visto que en tres meses podemos conseguir ese dinero de vuelta. Y en tercer lugar porque tienen mayor rentabilidad que otras inversiones que hay en el mercado.
Así, estos ahorradores que hacen cola se vuelven a su casa a seguir con su vida y dentro de unos meses recibirán en su cuenta bancaria ese dinero que no usaban y un plus, que siempre viene bien. Pregunta a tus padres si tienes una cuenta de ahorro, cuánto dinero hay en ella y calcula qué rentabilidad obtendrías con deuda pública hasta que fueses mayor de edad.
PALABRAS CLAVE:
Deuda pública. Las finanzas del Estado se parecen un poco a las de cualquier familia: necesita dinero para que todo funcione y, a veces, con los impuestos no llega. Por eso, el Estado también puede pedir dinero prestado. Eso es lo que se conoce como deuda pública.
Letras del estado. Tanto ciudadanos como grandes empresas pueden prestar dinero al Estado de diferentes formas. Una de ellas son las Letras del Tesoro, a través de las que cederemos el dinero durante un corto período de tiempo. Puede ser durante tres, seis, nueve o doce meses.
Bonos y obligaciones. También podemos comprar deuda o prestar dinero al Estado a más largo plazo, durante años. Los bonos pueden ser en un plazo de entre 3 o 5 años, y las obligaciones oscilará entre los 10 y los 50 años.
Banco de España. Simplificando un poco, se trata de un organismo encargado de supervisar el correcto funcionamiento de aspectos fundamentales de la Economía de España. En sus oficinas, que hay repartidas por todo el país, se puede comprar deuda pública.
Tipo de interés. Es el precio del dinero. Se paga a quien lo presta (además de devolverle lo prestado). Este año, el interés de las Letras del Tesoro estaba muy alto, desde el año 2012 no se veía una rentabilidad así, más que en un banco.
Mil euros. El Estado marca en 1.000 euros la cantidad mínima que se debe invertir para adquirir una letra, obligación o bono del Tesoro. Así, cinco letras, costarán cinco mil euros.