Fernando Pariente.
El Consejo Superior de Investigación Científicas tuvo su origen en la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas creada por el Ministerio de Instrucción Pública en 1907. Este organismo, nacido en el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, se propuso abrir España, por fin, a la investigación científica impulsada por el que fue su director, Santiago Ramón y Cajal. Todo cambió con la guerra civil de 1936. La apertura ideológica de la Junta no congeniaba con los ideales de la dictadura y una ley del 24 de noviembre de 1939 creó el nuevo Consejo Superior de Investigaciones Científicas y le transfirió todas las competencias, edificios y equipamientos de la antigua entidad. Inicialmente la institución estuvo sometida a una tutela ideológica que impedía el normal desarrollo de la investigación. Pero, a pesar de este lastre, el CSIC se fue afianzando, sobrevivió al franquismo, recuperó su antiguo espíritu de libertad y sigue siendo hoy el mejor instrumento del que disponen nuestros científicos para hacer su trabajo.