Para tratar de dar una definición sencilla que vuestro profesor de Ciencias seguro que os explica mejor, las células CAR-T son linfocitos T modificados en laboratorio con receptores de antígenos quiméricos (CAR). Los linfocitos T (que son un tipo de células del sistema inmunitario) se obtienen de la sangre del enfermo de cáncer, se preparan y se multiplican en laboratorio y se transfunden (se le devuelven) al paciente. Fortalecidas con esos CAR, las células CAR-T atacan a las células cancerosas y las eliminan. La noticia es que la terapia con células CAR-T puede estar lista en Galicia antes de que acaben las clases este curso.
Por ahora solo es eficaz en cánceres hematológicos (de la sangre), pero ya se estudia la posibilidad de usarla con cánceres sólidos. Y otro avance importante es que ya se ha conseguido que los linfocitos T utilizados no sean necesariamente los del enfermo, sino que, aunque con menos eficacia, también funcionan los de un donante.